jueves, 3 de octubre de 2013

Liber 2013, impresiones y quejas


Recién regreso de una breve pero intensa visita a la edición actual del Liber, que este año se celebra en Madrid (por si alguno no lo sabe, la feria va alternando sedes anualmente entre Barcelona y Madrid). Hace ya unos cuantos años que acudo a esta feria y tengo que decir que cada vez voy reduciendo mi estancia, mis citas y mi interés. El Liber Digital ha desaparecido y el corner digital no es más que un espacio de promoción de las empresas expositoras, perdiendo todo el potencial que una vez tuvo de convertirse en el punto de encuentro de los profesionales de la edición digital, donde compartir experiencias y seguir aprendiendo.

Leo y escucho comentar que las pequeñas editoriales ya no van a Liber, o cada vez menos, y es fácil ver por qué. Hace unos años la feria era una de las pocas oportunidades de encontrarse con clientes, proveedores y colegas de puntos geográficos distintos; ahora, afortunadamente, las comunicaciones han mejorado y facilitado la conexión global. Por lo que me cuentan, el precio de alquiler de los espacios tampoco están al alcance de cualquiera y es difícilmente compensable con los beneficios que reporta (el networking es importante, no hay duda, pero igual se puede hacer en otro medio a un coste mucho más razonable).

Y ya para terminar, aún a riesgo de parecer un poco llorica, aprovecho para descargar aquí unas cuantas quejas (o aspectos a mejorar) en lo que a logística se refiere: 
  • El recinto deja mucho qué desear en cuanto a comunicación, señalización y servicios (la restauración, que nunca ha sido el fuerte de las localizaciones feriales, bordeaba lo impresentable). 
  • Este año, por primera vez, se venderán libros durante el fin de semana y se permitirá el acceso en esos días al público general, pero a todo el que he preguntado en Madrid ajeno al sector no tenía ni idea de este hecho (soy consciente de que esto no es un dato objetivo, no llevé a cabo una encuesta rigurosa, pero me extrañó que ni siquiera una sola persona supiera de qué le estaba hablando).
  • Aunque haya cambiado la organización sería de agradecer que se diera continuidad a la web oficial de la feria, en lugar de crear una nueva. No me consta que se hayan generado confusiones por este motivo pero ciertamente la imagen que se da de provisionalidad no es la mejor.
En definitiva, y aunque no tiene ninguna trascendencia, me extrañaría mucho que asistiese a Liber 2014.

5 comentarios:

  1. Amalia, No termino de comprender en qué medida una feria del libro es útil al empresario de la edición digital. Yo plantearía, en cambio, un congreso destinado pura y exclusivamente al intercambio de experiencias entre editores, agentes y demás; pero no una feria. El cliente de libros electrónicos no compra sus libros en una feria. La feria de e-books lo veo, en todo caso, como una EFair, quizá organizada por alguna organización cultural que se comprometa con la promoción del libro en este formato que gana todos los días nuevos adeptos. Uno no puede (no debe) usar los métodos antiguos de promoción para un producto nuevo, creo.
    No sé, quizá le estoy errando como las mejores...pero eso me dice el sentido común. Besos.

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    1. Una feria del libro, dedicada al público final o al profesional, puede ser útil por permitir el contacto directo con los lectores y romper un poco la frialdad del mundo virtual, en el primer caso, o para convertirse en un foro físico en el compartir experiencias y aprender, en el segundo. Liber, eminentemente profesional, podría haber sido eso, e incluso lo intentó con cierto éxito en ediciones anteriores, pero mi impresión es que ha abandonado totalmente esa línea (seguramente por otros intereses) y ha perdido la oportunidad.

      Gracias por pasarte y comentar, Maia, besos.

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  2. (me apunto a las respuestas, que me olvidé).

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  3. Hay editoriales de Barcelona que no han ido, porque no se justifica el gasto de todos esos días (que no es sólo el stand sino también la estancia y los traslado) para lo que hace allí. Un editor me dijo "hablo siempre con el distribuidor y con los libreros ¿para qué voy a ir a Liber?", expresión que evidencia para qué sirve Liber y poco más. Si la feria no aporta extras, no tiene un valor real añadido, ya no sirve; si no es atractivo para las editoriales tampoco lo será para el resto de los profesionales del sector.
    Tampoco he visto ni oído información en los medios sobre la apertura de la feria al público. ¿Piensan que irá gente sin darlo a conocer y encima cobrando 5 € a entrada? Que no es mucho, pero entiendo que la idea es que la gente compre libros ¿no?

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    1. Esa es la clave, Mariana, los extras: unas jornadas profesionales que verdaderamente merezcan el dispendio del viaje (lo del stand solo se lo pueden permitir unos pocos).

      Muchas gracias por pasarte por el blog, Mariana, y ¡felices vacaciones!

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